Me encontré con un cuarto muy espacioso, pero su usuaria no se encontraba cómoda, no podía mantener el orden.
Usando mi criterio de que el mueble tiene que ser organizador e integrador del espacio, y contenedor de sus funciones, plantee un escritorio que toma la esquina y a la vez permite que cuando se levanta la vista se mira a traves de la ventana, no una pared. Lo acompañe de un mueble bajo, que alberga libros y demás cosas y funciona a la vez de apoyo a la cama, prescindiendo de la mesa de luz suelta.